La vicuña pertenece a la familia de los camélidos y forman parte del orden Artiodáctilos, que son
mamíferos que pisan solo con el tercer y cuarto dedo, y tienen los otros atrofiados.
La vicuña corresponde a una de las cuatro clases de camélidos sudamericanos que actualmente
existen en Chile (llama, alpaca, guanaco, vicuña).
La vicuña tiene una serie de características anatómicas y fisiológicas que le permiten vivir en las punas
mejor que cualquier otro animal, como por ejemplo, el vellón extraordinariamente fino y espeso, una
baja necesidad de energía, lo que no es frecuente, el peso sorprendentemente alto de los animales
recién nacidos y las características especiales de su pezuña, que termina en un cojinete ancho y
elástico. Es el camélido sudamericano mejor adaptado a las grandes alturas, debido a sus
características sanguíneas y su sistema cardiovascular.
La organización social de la vicuña se caracteriza por la existencia de grupos, ya sean familiares
polígamos, de tropillas de machos o de machos solitarios.
Los grupos familiares están compuestos por un macho adulto dominante y tres a seis crías del año. El
macho establece y mantiene un territorio permanente a lo largo de su vida reproductiva, (18,4
hectáreas) cuyos límites están demarcados por estercoleros (montículos de estiércol y reforzados
mediante una defecación ritual), que sirven para la orientación de los miembros del grupo familiar y
definen los puntos desde los cuales el macho dominante amenaza a vicuñas extrañas. En este territorio
normalmente hay un dormidero en el sector más alto, un territorio de alimentación ubicado en una
elevación más baja, y una fuente de agua.