Respuesta :

Aristóteles llega a la existencia de un Dios único por la línea de la absoluta prioridad del acto sobre la potencia. Un principio netamente aristotélico, de gran trascendencia es prioridad del acto respecto al ser en potencia. El acto es “antes” que el ser en potencia, no sólo según la perfección, sino también según el tiempo, y en todos los sentidos. Por tanto allí donde se encuentre ente en potencia es preciso que haya un ser en acto, superior, que le comunique actualidad; y así siempre, hasta llegar a un Acto tal que, no teniendo potencialidad alguna, sea Acto “puro”, el Acto superior a cualquier acto; y en consecuencia, no puede ser precedido por ningún otro acto, antes bien los precede a todos, no depende de nada ni es causado, sino que todos dependen de Él. La prioridad del acto exige la existencia del Acto puro (= sin potencia), ya que la actualidad no se sostiene en la potencia sino precisamente a la inversa. Ahora bien, tal prioridad se contempla según dos ópticas: la del conocimiento y la del cambio físico en el mundo.