Un matrimonio espera con mucha ilusión la llegada de su primer hijo. Lamentablemente, sus expectativas caen por tierra cuando la mujer da a luz un niño varón con retraso mental. La pareja intenta en tres ocasiones más, obteniendo idéntico resultado: otros tres varoncitos enfermos. Cuando ya los cónyuges habían perdido toda esperanza, la mujer queda embarazada otra vez. Esta vez es una niña, hermosa y sana, que se convierte en la alegría de sus padres. Descuidados y relegados quedan, en cambio, los cuatro primeros. Pasan unos pocos años, la niña ya camina y suele salir al patio a jugar. Aquí también se encuentran los pequeños, sentados al sol. Al mayor de ellos, le había tocado presenciar, unos días antes, cómo su padre degollaba una gallina para que la madre la cocinara, quedando fascinado por el rojo brillante de la sangre. Ahora, al ver a la hermanita jugando en el patio, se le ocurre una macabra idea; de algún lado toma un cuchillo y se para delante de la pequeña. Los otros, como comprendiendo, sin una sola palabra, la inmovilizan para que el primero la degüelle. Los padres llegan demasiado tarde.