Respuesta :

Un matrimonio espera con mucha ilusión la llegada de su primer hijo. Lamentablemente, sus expectativas caen por tierra cuando la mujer da a luz un niño varón con retraso mental. La pareja intenta en tres ocasiones más, obteniendo idéntico resultado: otros tres varoncitos enfermos. Cuando ya los cónyuges habían perdido toda esperanza, la mujer queda embarazada otra vez. Esta vez es una niña, hermosa y sana, que se convierte en la alegría de sus padres. Descuidados y relegados quedan, en cambio, los cuatro primeros. Pasan unos pocos años, la niña ya camina y suele salir al patio a jugar. Aquí también se encuentran los pequeños, sentados al sol. Al mayor de ellos, le había tocado presenciar, unos días antes, cómo su padre degollaba una gallina para que la madre la cocinara, quedando fascinado por el rojo brillante de la sangre. Ahora, al ver a la hermanita jugando en el patio, se le ocurre una macabra idea; de algún lado toma un cuchillo y se para delante de la pequeña. Los otros, como comprendiendo, sin una sola palabra, la inmovilizan para que el primero la degüelle. Los padres llegan demasiado tarde.

Todo el día, sentados en el patio, en un banco estaban los cuatro hijos sonsos del matrimonio Mazzini-Ferraz. Tenían la lengua entre los labios, los ojos estúpidos, y volvían la  enamorados que esa honrada consagración de su cariño, libertado ya del vil egoísmo de un mutuo amor sin fin ninguno y, lo que es peor para el amor mismo, sin esperanzas posibles de renovación?

Así lo sintieron Mazzini y Berta, y cuando el hijo llegó, a los catorce meses de matrimonio, creyeron cumplida su felicidad. La criatura creció bella y radiante, hasta que tuvo año y medio. Pero en el vigésimo mes sacudiéronlo una noche convulsiones terribles, y a la mañana siguiente no conocía más a sus padres. El médico lo examinó con esa atención profesional que está visiblemente buscando las causas del mal en las enfermedades de los padres.