Respuesta :

El pequeño Sinforoso era un poco mentiroso.Fantaseaba todo el día y ya pocos le creían.
Contaba sus aventuras, que dejaban muchas dudas.
Historias poco creíbles y hechos más que imposibles.Y así pasaba sus días, inventando fantasías.Sus papás, muy preocupados, a Sinforoso llamaron:Esto tiene que cambiar –dijo el padre, sin dudar.Debes dejar de mentir –dijo su madre, por fin.No son buenos los engaños, pues provocan muchos daños.¿No te das cuenta mi niño? –dijo el padre, con cariño.Nadie te cree, Sinforoso, y eso es muy doloroso.¿Quieres que te ayudemos? Algún modo encontraremos.Le explicaron con esmero el valor de ser sincero.Le dijeron muchas cosas, todas ellas muy valiosas:Que la verdad ennoblece y nuestra alma engrandece.Que un amigo verdadero necesita ser sincero.Que la confianza se pierde, cada vez que uno miente.Y Sinforoso entendió y nunca más él mintió.Descubrió la gran riqueza de hablar siempre con franqueza.Y con la verdad de amiga, fue más hermosa su vida.Fin

una  vez en un edificio habia una niñita que salia ha jugar afuera de su cuarto pero de pronto una noche ve una pequeña silueta de un hombresito entonces la niña asustada quiiso correr asi su casa pero quiso ver que era esa silueta de un hombresito entonces se quedo aver  y vio un duende la niña asustada fue ha contarle a su hermano pero no le creyeron pero la niña siempre veia al duendesitoy una vez kiso ir averlo de cerca entonces fue ha verlo y el duende era amigable entonces se pusieron ha jugar y todos felices para siempre