Respuesta :

Un astronauta es una persona que tripula una astronave o que está entrenada para este trabajo. A los astronautas soviéticos o rusos se les denomina normalmente cosmonautas y a los chinos, taikonautas.
El término cosmonauta proviene del término ruso kosmonavt (космонавт), que a su vez se deriva de las palabras griegas kosmos (κοσμος, universo) y nautes (ναύτης, navegante).
El término taikonauta es un neologismo formado a partir del término chino 太空 (tàikōng, espacio) y del griego ναύτης (nautes, navegante) en semejanza con astronauta (del inglés astronaut) y cosmonauta (del ruso космонавт, kosmonavt) que, a su vez, se derivan del griego. La palabra oficial china que designa a un astronauta es 宇航員 (yǔhángyuán) pero el término taikonauta fue propuesto por Chiew Lee Yih en mayo de 1998 en internet y se aceptó rápidamente en el mundo anglosajón.
Para que puedan viajar por el espacio, los astronautas tienen que pasar por cientos de horas de entrenamiento. Este entrenamiento se divide en tres secciones principales.
Primero, los novatos que desean reunir las condiciones para ser astronautas tienen que aprobar un curso de entrenamiento básico de un año de duración. En ese año, los aspirantes a astronautas aprenden materias como ciencia y tecnología espaciales, adquieren conocimientos médicos básicos y conocen el funcionamiento de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) Asimismo, se familiarizan con las técnicas de submarinismo.
Después de esta primera parte, cursan otro año de entrenamiento avanzado, para conocer más detalladamente los diversos componentes de la ISS, los experimentos y los vehículos de transporte y la participación del centro de control terrestre en las misiones.
Entonces se les podrá asignar a una misión. Cooperando en la mayor medida posible con los demás miembros de la tripulación, aprenden las tareas especiales relacionadas con su misión y se familiarizan con la ingravidez participando en vuelos parabólicos. 
A lo largo de varios años, los astronautas llegan a conocer muy bien a sus colegas puesto que visitan centros de entrenamiento en Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y Europa. Este entrenamiento puede incluir el aprendizaje de un idioma extranjero, el ruso, por ejemplo, dado que el inglés ya es obligatorio, así como la adquisición de conocimientos sobre los experimentos científicos y las actividades especiales de cada misión.
El entrenamiento físico representa el obstáculo más duro. Para habituar ante todo a los astronautas a la ausencia de gravedad que encontrarán en el espacio, se comienza a entrenarlos a bordo de un avión, un C-135 adecuadamente modificado en su interior, donde se recrea artificialmente la ausencia de gravedad por períodos superiores a medio minuto. Durante los momentos de gravedad cero, los astronautas deben practicar diversos tipos de actividad, manipular aparatos, comer y beber. Y no es nada fácil entrenarse a comer y beber en ausencia de gravedad.
El entrenamiento de los astronautas, obviamente es mucho más complejo de lo hasta aquí descrito: para ejercicios más largos en condiciones simuladas de ausencia de peso se utiliza una piscina especial, donde los astronautas pueden entrenarse incluso con el modelo de la lanzadera espacial. No faltan después las cotidianas manipulaciones en los simuladores de vuelo y cursos de especialización con ordenadores. Y es que la informática ha tomado un protagonismo importante, como en muchos otros aspectos de nuestra vida.
Saludos!!
Fuente (s):Los astronautas que realizan su trabajo en el espacio deben estar protegidos en todo momento contra el frío y el calor. Uno de los factores que influyen en la temperatura que posee un cuerpo en el espacio es su eficiencia para absorber y emitir radiación. Por ejemplo, no absorbe de la misma manera el calor la superficie reflectante de una nave espacial -o la del traje de un astronauta- que la oscura superficie lunar. En el caso del traje de un astronauta, la cara sobre la que incide la luz solar suele hallarse a una temperatura de unos 120°C, mientras aquella expuesta a la oscuridad del espacio se suele estar a unos -120°C, como valores promedio.


Es esta la razón por la cual es necesario emplear material reflectante en los trajes espaciales: para rechazar (reflejar) la mayor cantidad posible de energía solar, de tal modo que el astronauta que se encuentra en su interior pueda hallarse a una temperatura adecuada para vivir y realizar su trabajo con la mayor comodidad. Lo mismo de puede decir en cierto modo con las naves tripuladas o las estaciones espaciales o de los planetas. La temperatura superficial de la Tierra depende -entre otros factores- de la proporción de calor solar reflejado hacia el espacio.
Cómo se llega a astronauta? ¿Qué requisitos es preciso tener para ser elegido como protagonista de una misión orbital o, incluso, planetaria? Era difícil responder a estas interrogantes cuando la NASA, en el ahora ya lejano 1959, invitó al ejército americano a proporcionarle los primeros candidatos a astronautas. Faltaba experiencia, faltaban precedentes: los únicos astronautas eran los descritos en los libros de ciencia ficción o en las tiras de Flash Gordon y Buck Rogers.

En la difícil búsqueda de los hombres adecuados para ser los primeros en ir al espacio, la NASA tuvo presente algunas características indispensables para garantizar su aptitud espacial: un título técnico, una larga experiencia como piloto de aviones militares y una estatura no muy alta que le permitiera entrar en la pequeña cabina de la cápsula Mercury. Se calificaron más de 500 hombres, que fueron sometidos a pruebas técnicas y psicológicas por un personal médico especializado. Finalmente, muchos candidatos fueron eliminados y otros decidieron no continuar.

Los que sobrevivieron fueron siete: M. Scott Carpenter, Gordon Cooper, Virgil Grissom, Donald Slayton, John Glenn, Walter Schirra, Alan Shepard. Cada uno de ellos voló en una cápsula Mercury, con la excepción de Slayton que permaneció en tierra a causa de no ser satisfactorias sus condiciones cardiacas. Sin embargo, Slayton se reincorporó en 1975, participando en la misión Apolo-Soyuz.

A esta primera hornada de astronautas, naturalmente, siguieron otras que la NASA ha seleccionado en los años siguientes para los programas Géminis , Apolo y Shuttle. Sustancialmente, los requisitos exigidos a los primeros astronautas no han cambiado hasta el día de hoy, aunque para el Space Shuttle en particular se ha bajado la edad a treinta y cinco años. No es esencial pertenecer al ejército, la altura no debe ser taxativamente baja y, novedad, las mujeres han podido formar parte de la selección de los candidatos a las misiones orbitales.

Sin embargo, el programa de adiestramiento sigue siendo tan duro y agotador como en los primeros tiempos. Sustancialmente, cuando se es elegido para ser astronauta es como volver a los bancos de la escuela: a pesar del título ya adquirido, los candidatos deben estudiar nuevamente matemáticas, meteorología, astronomía, física, adquirir familiaridad con las computadoras y estudiar navegación espacial.

Sin embargo, el entrenamiento físico representa el obstáculo más duro. Para habituar ante todo a los astronautas a la ausencia de gravedad que encontrarán en el espacio, se comienza a entrenarlos a bordo de un avión, un C-135 adecuadamente modificado en su interior, donde se recrea artificialmente la ausencia de gravedad por períodos superiores a medio minuto. Durante los momentos de gravedad cero, los astronautas deben practicar diversos tipos de actividad, manipular aparatos, comer y beber. Y no es nada fácil entrenarse a comer y beber en ausencia de gravedad.

En los tiempos de John Glenn se obviaba con un tubo similar al de la pasta de dientes, en el cual estaban contenidos los alimentos precisamente en pasta. En cambio, a bordo del Shuttle, la tecnología espacial permite el milagro de una verdadera comida liofilizada rehidratada en el momento del consumo.

El entrenamiento de los astronautas, obviamente es mucho más complejo de lo hasta aquí descrito: para ejercicios más largos en condiciones simuladas de ausencia de peso se utiliza una piscina especial, donde los astronautas pueden entrenarse incluso con el modelo de la lanzadera espacial. No faltan después las cotidianas manipulaciones en los simuladores de vuelo y cursos de especialización con ordenadores. Y es que la informática ha tomado un protagonismo importante, como en muchos otros aspectos de nuestra vida.