Las
sustancias sólidas son aquellas que generalmente
mantienen una forma y un volumen
constante independientemente del sitio en el que estén (ejemplo, un recipiente).
Algunos ejemplos de sustancias sólidas son:
•
La madera (una mesa, un tablero).
•
El hielo (algunos cubos en una bebida, un
iceberg).
• Algún metal (una medalla, alguna vara).
Las sustancias líquidas se caracterizan por poseer fuerzas
de atracción molecular menor que la de las sustancias sólidas y por lo tanto
suelen acoplarse a la forma del recipiente que las contenga. Como ejemplos
tenemos:
•
El solvente universal: EL AGUA.
•
Aceites (combustibles para automóviles,
comestibles).
•
Jugos (de frutos, biológicos).
Y por último, las sustancias gaseosas son aquellas que
poseen fuerzas de atracción aún menores que las de las sustancias líquidas y
por lo tanto suelen ser volátiles y muy inestables. Podemos citar los
siguientes ejemplos de sustancias:
•
Vapor de agua.
•
Helio.
•
Humo (tras la combustión de algunos materiales).