Respuesta :

MIERCOLES. Es el día más inexistente, demasiado lejos del domingo como para propiciar melancolías, y demasiado lejos del sábado para acarrear esperanzas. Por eso muchas veces los miércoles desaparecen, dejan de existir, y la gente sin saberlo se ha comido un día, y tienen la sensación de que la semana ha sido corta. Los jefes de estado procuran no llamarse, pues saben que en otro país podría ser ya jueves, y se podría liar. Hay pueblos remotos a los que no puede llegarse en miércoles, pues no están, desaparecen ese día, y hasta las carreteras que llevan hasta ellos resultan inútiles.

PLAZAS LLENAS DE GENTE
Las plazas siguen llenas de gente. Intolerable, claro. Pero las palomas mensajeras vuelan libres de balcón a balcón. ”Quienes llenan el espacio público son distintos entre si, tienen consignas diversas, piensan distinto unos de otros”, cuentan con horror los pregoneros. Ministros, emperadores y aspirantes al trono intercambian culpas, sin saber a quien pertenece toda esa gente, y en el fondo todos desean salir también a la calle, haciendo ver que ellos también son diferentes de los demás, de los suyos, e incluso de si mismos si es necesario. Pero no se atreven. Las plazas siguen llenas de gente. Intolerable, claro.

MIEDO A ESCRIBIR
Tanto tiempo sin escribir. Tantas veces intentándolo. Tan extraño presentir que la imaginación tiene tuberías que pierden, que las imágenes llegan turbias y borrosas. Acaso está todo dicho, acaso no quedan cuentos por contar, la ficción y lo real fundidos ya en pantallas tridimensionales. Y también la vergüenza de saber que cada pequeña historia estaría mejor contada de otro modo, con otras proporciones. El miedo a salir ahí fuera con algo vulgar, que no mejore el silencio ni el monitor en blanco. Y ponerme a prueba, soñar a hombres perderse en ciudades extrañas, buscando verdades, sabiendo que morirán o matarán.