LA VIOLENCIA: El eterno problema de la violencia en el fútbol es algo tan viejo como el propio juego. Cabe destacar que el fútbol es como una experiencia mágica que se entrecruzan: La pasión, la Agresividad y la violencia. La pasión como desorden del ánimo, como preferencia muy viva por algo. La agresividad como capacidad de decisión para una acción, a ofender o un hecho que implica provocación o un ataque. Y la violencia como actos fuera de su estado natural, lo que suponga ímpetu y fuerza, lo que se realice con brusquedad. El nivel de pasión con enfrentamientos violentos son provocados de manera deliberada por personas o grupos organizados, a los que suele llamarse ultras (o hooligans). Este fenómeno tiene su origen en Inglaterra, pero se ha extendido a otros países. Por tanto el fútbol lleva en sí una conducta violenta que ha saltado la línea de banda hasta preocupar : El fanatismo: Anhelos, deseos, idealización, esperanza fallida, frustración… Proyectado en el ídolo, equipo o club, e incrementan la natural agresividad del ser humano. El fútbol alivia las frustraciones y acoge a todo el mundo según el grado de sentimientos, emociones, sufrimientos o formas de reaccionar con que viven el fútbol.
