Respuesta :

La inestabilidad política y los permanentes enfrentamientos entre unitarios y federales llevó a algunos hacendados, militares y comerciantes integrantes de la élite porteña a considerar la necesidad de organizar un gobierno dotado de amplios poderes. Con este objetivo, este grupo apoyó la designación del estanciero y saladerista bonaerense Juan Manuel de Rosas como gobernador de Buenos Aires. Rosas ejerció este cargo entre 1829 y 1832 y, luego, entre 1835 y 1852. Durante su primer gobierno, la Sala de Representantes de Buenos Aires le otorgó las llamadas facultades extraordinarias, que permitían al gobernador tomar las decisiones que considerara más adecuadas, sin dar cuenta a la Legislatura. En 1835 fue reelegido gobernador con facultades extraordinarias y con la "suma del poder público". A partir de entonces concentró más poder que el resto de los gobernadores.  Después de 1835, el orden rosista se impuso en todo el país. La desaparición de los caudillos más poderosos del interior -como Estanislao López de Santa Fe y Facundo Quiroga de LA Rioja - debilitó la posición de las provincias frente al gobernador bonaerense. Rosas se transformó en el árbitro de los conflictos interprovinciales; los gobernadores aceptaron sus decisiones y le otorgaron la representación de sus provincias en el exterior.  Durante su gobierno no impulsó la sanción de una Constitución Nacional que estableciera la organización política formal e institucionalizada de la Confederación -que existía de hecho en la realidad - , ya que el orden político establecido aseguraba el predominio de Buenos Aires y el control de las rentas aduaneras por parte del gobierno porteño. A lo largo de este período los terratenientes bonaerenses y los comerciantes exportadores se afianzaron como grupo social con mayor poder económico y social. Luego de la campaña contra los indígenas organizada por Rosas en 1833, la extensión de la línea de fronteras al sur de la provincia permitió a los hacendados más poderosos aumentar en forma considerable el tamaño de sus explotaciones agropecuarias. También contaron con el apoyo oficial par lograr el disciplinamiento de la mano de obra rural. El volumen de las exportaciones agropecuarias aumentó considerablemente durante las décadas de 1840 y 1850.