fue un religioso miembro del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y educador ecuatoriano, considerado como santo por la Iglesia católica.
Fue beatificado por el papa Pablo VI el 30 de octubre de 1977 y canonizado por el papa Juan Pablo II el 21 de octubre de 1984.
Bautizado con el nombre de Francisco Luis Florencio Febres-Cordero
Muñoz, al ser revestido con el hábito lasallista, recibe el nombre de
Hermano Miguel.
Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II.
Una de sus frases para orar era: Acordémonos de que estamos en la santa presencia de Dios y sus alumnos respondían: Y adoremos su santo nombre.