Respuesta :

Say, Minister , what is the opposite of happiness?
- Maybe it's the pain, my lord .
- And which one would you say is easier to obtain ?
- Clearly the pain , my lord.
- So , remember in your life time of grief or happiness ?
- It is difficult to weigh in the balance but I dare say I've lived a happy life.
- In your opinion , will the rest of my people can say the same?
- I do not know exactly. Having been chosen as your counselor I consider myself lucky .
- And for a man is lucky, a hundred must meet misfortune.
- I try to share my fortune with those around me .
- But in the end the world will be no more pain than happiness.
- Your government can change it as you bring prosperity to the people.
- A drop of water in the stream of time . You can not change human nature . Few people leave this world in peace . Counsel, do you should hold on to life in your last moments or would be satisfied with the path ?
- My lord , a farmer , if only you subtract a life of pain is to hold her until her last breath.
- Ah , but they do not understand . They are completely different from you counselor.
- I fight with all my strength . It's inevitable.
- Death is inevitable for many years to upload your back.
- Perhaps the future that awaits us is more valuable than the life we ​​left .
- That is not the case of the farmers. They fight out of fear.
- Also has hopes, my lord , however small and weak.
- Fear of pain . Hope of happiness . Remain antagonistic. And still gaining fear.
- You are very astute , my lord, but not after this conversation you will when my time comes.
- The question , counselor, is to find another way. Escape the trap of pain or happiness.
- You are very wise, my lord .
- And though this does not get you to see .
- Your eyes see farther than mine.
- Not always. Anyway points remain the same for both. I read this book that I have written .
- What is , my lord ?
- It's a road.
- I read with great delight , my lord.

TRADUCCION
 Dime, consejero, ¿qué es lo contrario de la felicidad? 

- Tal vez sea el dolor, mi señor. 

- ¿Y cuál de los dos dirías que es más fácil de obtener? 

- Claramente el dolor, mi señor. 

- Entonces, ¿recuerdas en tu vida más momentos de dolor o de felicidad? 

- Es difícil pesarlos en una balanza pero me atrevería a decir que he llevado una vida feliz. 

- En tu opinión, ¿el resto de mi pueblo puede decir lo mismo? 

- No lo sé con exactitud. Al haber sido escogido como consejero vuestro me considero afortunado. 

- Y para que un hombre sea afortunado, cien deben de conocer la desgracia. 

- Procuro compartir mi fortuna con aquellos que me rodean. 

- Pero al final en el mundo existirá más dolor que felicidad. 

- Vuestro gobierno puede cambiarlo pues que traéis la prosperidad a la gente. 

- Una gota de agua en la corriente del tiempo. No se puede cambiar la naturaleza del hombre. Pocos son los que abandonan este mundo en paz. Consejero, ¿te aferrarías a la vida en tus últimos momentos o estarías satisfecho con el camino recorrido? 

- Mi señor, un campesino, aunque sólo le reste una vida de dolor trata de agarrarse a ella hasta su último aliento.

- Ah, pero ellos no lo comprenden. Son completamente distintos a ti consejero. 

- Yo lucharía con todas mis fuerzas. Es inevitable. 

- La muerte es inevitable por muchos años que carguen tus espaldas. 

- Tal vez el futuro que nos aguarda sea más valioso que la vida que dejamos. 

- Ese no es el caso de los campesinos. Ellos luchan por miedo. 

- También tiene esperanzas, mi señor, aunque sean pequeñas y débiles. 

- Miedo al dolor. Esperanza de felicidad. Siguen siendo antagónicos. Y sigue ganando el miedo. 

- Sois muy astuto, mi señor, pero tras esta conversación no lo hará cuando me llegue el momento. 

- La cuestión, consejero, es encontrar otro camino. Escapar de la trampa de dolor o felicidad. 

- Sois muy sabio, mi señor. 

- Y a pesar de ello no consigo que lo veas. 

- Vuestros ojos ven más lejos que los míos. 

- No siempre. De todas formas las letras siguen siendo las mismas para ambos. Quiero que leas este libro que he escrito. 

- ¿De qué trata, mi señor? 

- Es un camino. 

- Lo leeré con gran deleite, mi señor.