Respuesta :

Creo que pueden ser varios:
1. Que sean mentira en su conjunto.
2. Que tengan elementos de realidad comprobables.
3. Que sea difícil descubrirlos.
4. Que sea un grupo de personas que tengan cierto poder en algo, quienes custodien el secreto.
5. Que existan ritos alrededor de ellos, que no te lleven a la comprobación de su existencia, pero que hagan reflexionar a la gente sobre ellos y crear nuevas opiniones sobre ellos.

 Mito y leyendaNaturaleza ¿quién la controla o gobierna?Mito, ciencia y religiónLos mitos se dan en todas las partes y todos los pueblos del mundo y, a pesar de su asombrosa variedad, compartan ciertas características. Estas similitudes son debidas a que los hombres se encuentran en todos los sitios ante los mismos problemas básicos y se plantean las mismas preguntas. Quieren saber por qué son lo que son, por qué la naturaleza se comporta como lo hace y cómo están relacionados las causas y los efectos.Es propio del ser humano buscar causas y significados a todo cuanto aparece ante él. Aunque la ciencia ha contestado ya a muchas preguntas acerca del "cómo", los "porqué" la relación del hombre con el cosmos, la naturaleza de la fuerza vital en su interior continúan irresolutos e irresolubles.Mitos y religiones tienen en común el que ambos brindan a la vez explicaciones y causas: tanto el "cómo" como el "porqué" del universo. Sin embargo, en contraste con la mayor parte de las religiones, la mayoría de los mitos no pretenden ser una guía directa. Contienen una moral implícita, pero su fin principal no es imponerla. Son simplemente historias que se proponen explicar los aspectos no cuantificables de la existencia y que tratan a la vez de las vivencias humanas habituales y de lo sobrenatural.Desde el punto de vista de la mitología, el mundo que percibimos directamente no es el único mundo existente.El fenómeno del nacimiento puede entenderse como un proceso físico, pero esto no excluye que se le considere también como un acontecimiento sobrenatural (como, por ejemplo, una reencarnación). De hecho, la mayoría de la gente admitirá, si es sincera, que perciben la vida en dos niveles distintos: el científico y el mitológico. Pero en nuestra sociedad cada vez más ilustrada y más dominada por la ciencia, nuestra conciencia mitológica aflora solamente en situaciones extremas: cuando la estructura racional de la sociedad se desploma