Ante todo, vale aclarar ¿qué es utopía y barbarie?
Utopía, es la propuesta de un mundo perfecto e inalcanzable,
es decir, es un ideal que busca un mundo perfecto donde no exista la violencia
y todo sea paz, pero los principales representantes se dieron cuenta que era
algo imposible.
Mientras que Barbarie, es una maldad que proviene de la
ignorancia, de la ineptitud, del error, de la superstición, de las
preocupaciones; en una palabra, de falta de moral.
Ahora, es válido proponer un ensayo sobre barbarie y utopía
en la relación entre literatura y política.
La literatura y la política estuvieron desde siempre unidas.
El pensamiento utópico impuso, desde el descubrimiento de América, múltiples
proyecciones que “construyeron” e imaginaron una realidad y un espacio. De esta
forma, se sucedieron las diferentes manifestaciones del utopismo desde el
período colonial, durante las Guerras de Independencia y luego marcando
profundamente la impronta identitaria durante el período del organización de
los estados nacionales en el siglo XIX.
Es por ello, que la indagación de lo nacional y de lo
americano se suscribió desde varias ideologías dirigidas a encontrar un rumbo
colectivo, tensionado al futuro, mientras se pensaba la constitución de los
estados nacionales y de sus múltiples fronteras. Cabe destacar, que el género
que recogió la preocupación de los intelectuales por la organización
socio-política fue el ensayístico, por ser el discurso de la búsqueda y de la
inquisición y por ser “antidogmático, asistemático y con alguna frecuencia
herética”.