Respuesta :

En Cataluña, el Modernismo tiene unas dimensiones y una personalidad
especial que hace que se puedan encontrar manifestaciones modernistas por toda
la geografía catalana y en edificaciones muy diversas: fábricas, cooperativas
agrícolas, ateneos, mercados, viviendas. Es un movimiento muy arraigado y que
ha dotado de una personalidad propia a muchas poblaciones del país. El momento
histórico, el crecimiento económico y el apoyo incondicional de una clase social
en claro ascenso (la burguesía), junto con la reafirmación nacional hicieron que el
Modernismo se proyectara en Cataluña como la visión de una nueva forma de
arte en el que la idea de modernidad está presente.

La burguesía industrial, próspera, culta y nacionalista de finales del siglo
XIX apoyará a los arquitectos modernistas porque sus obras satisfacen tres
condiciones básicas que explican su gran éxito en Cataluña:
- Enlaza con la tradición del Gótico nacional de los siglos XIV y XV.
- Satisface las aspiraciones de modernidad de la burguesía por sus
innovaciones técnicas y estéticas.
- Es un arte refinado que permite a los burgueses hacer ostentación de
su riqueza y de su buen gusto artístico.
Este estilo arquitectónico se desarrollará entre los años 1885 y 1920 en
Cataluña y principalmente en Barcelona.

LA ARQUITECTURA MODERNISTA EN CATALUÑA:
La arquitectura modernista en Cataluña significa, por un lado, la
modernización de las técnicas de construcción (uso del hierro en las estructuras,
utilización de elementos prefabricados), al mismo tiempo que conserva elementos
tradicionales (construcciones con ladrillo visto) y, por otro, el enlace con el estilo
gótico con el que guarda cierto paralelismo. Es un arquitectura decorativa,
integradora en el edificio de todas las artes plásticas. Los arquitectos son, a
menudo, decoradores de interiores y diseñadores de todos los detalles: el
mobiliario, la marquetería, las vidrieras, los mosaicos, la forja... Hay una
reivindicación de las artesanías en un momento de dominio industrial.
Como características generales de reconocimiento del estilo
modernista podemos definir: - Predominio de la curva sobre la recta.
- Asimetría.
- Dinamismo de las formas.
- Detallismo de la decoración.
- Uso frecuente de motivos vegetales y naturales y figuras de mujer.
El desarrollo del Modernismo también se vio favorecido por la
construcción del ensanche barcelonés ya que supuso la puesta en marcha del
crecimiento de la ciudad tomando ya dimensión de gran ciudad.
Fueron más de cien arquitectos los que desarrollaron su actividad
constructora de estilo modernista. De entre ellos destacan, sobre todo, tres, que
han dejado obras únicas, algunas de ellas catalogadas por la UNESCO como
Patrimonio Común de la Humanidad. Son Lluís Domènech i Montaner, Josep
Puig i Cadafalch y Antoni Gaudí.
Presentaremos aquí las obras arquitectónicas más emblemáticas de estos
tres arquitectos.

LLUÍS DOMÈNECH I MONTANER (1850-1923)
Nacido en Barcelona, Domènech i Montaner mostró desde su juventud su
pasión por la arquitectura.
Ejerció una gran influencia en la difusión del Modernismo desde su
cátedra de la Escuela de Arquitectura de Barcelona.
Sus obras se caracterizan por una mezcla de racionalismo constructivo y
de ornamentación fabulosa inspirada en la arquitectura hispanoárabe y por el
gusto por el dibujo curvilíneo tan característico del Modernismo.
En el Restaurante del Parc de la Ciutadella de Barcelona (1888) (en la
actualidad Museo de Zoología) ya ofrece soluciones que se adelantan a su tiempo
(estructura de hierro y mosaicos) y que desarrolló más adelante en el Palau de la
Música Catalana (1908) ⎯ricamente recubierto de mosaicos, cerámica y
vidrieras policromadas⎯.
Las características citadas están también presentes en sus principales
conjuntos arquitectónicos (el Hospital de Sant Pau y el Institut Pere Mata de
Reus).
Pudo disponer para desarrollar su arquitectura de los mejores especialistas
catalanes en todas las especialidades aplicadas a la arquitectura, como son
arquitectos, escultores y artesanos (contratistas, decoradores, especialistas en
forja, fundidores, carpinteros, vidrieros, ceramistas... Todos ellos desarrollaron,
en sus respectivas actividades, una ingente labor que fue esencial para asegurar
una extraordinaria calidad que realzaba el carácter del diseño del genial
arquitecto barcelonés.
Destacaremos dos de sus obras: El Palau de la Música Catalana y el
Hospital de Sant Pau.
El Palau de la Música Catalana constituye un verdadero manifiesto del
Modernismo y de orgullo nacionalista. Fue edificado en 1908 como sede del Orfeó Cátala y sala de conciertos. El Orfeó Cátala, prestigiosa institución
catalana desde su fundación por Lluís Millet y Amadeu Vives en 1891, ha tenido
un papel importante en la defensa de los valores de la cultura catalana. Esta es la
razón por la que la decoración del edificio muestra repartidos por la sala de
audiciones múltiples representaciones de las cuatro barras (símbolo de Cataluña).

 

 influencia en la difusión del Modernismo desde su
cátedra de la Escuela de Arquitectura de Barcelona

 en torno a la Escuela Superior de Teología creada en París en el año 1878. sirvieron como base para el modernismo