Respuesta :

“El laberinto…” me pareció un muy buen ensayo (no soy literato), simplemente me gusta leer sobre diferentes temas. Además de que el trabajo de Paz se me hizo muy interesante.

Creo que en este foro va a ser difícil que alguien pueda expresar con más hilaridad y claridad lo que Paz plantea en su libro, yo te sugiero que si son temas que te inquietan, que busques otras fuentes de referenecia (preferentemente que no sean de internet), más bien te sugiero consultar fuentes como cartas de relación de la colonia, cartas de navegación u otros (Cortés, de Alvarado, de las Casas, Ixtlixóchitl, Colón, Salazar, Zumárraga, etc. la lista es grande).

Personalmente creo que el encuentro de Europa y América en el s. XV es un suceso que marcó indeleblemente el rumbo de muchos acontecimientos. Considero que apenas a 500 años del suceso hay claridad sobre algunos puntos, pero falta mucho por averiguar, estudiar, interpretar y entender, ojalá te apasione este tema y seas alguien que investigue sobre él.

Te recomiendo un libro, que aunque su materia prima es un análisis “semiótico-histórico”, tiene una narrativa muy interesante porque recurre a varias citas de documentos del s. XV, XVI y XVII, dejando entrever lo que fue una parte de la historia de la conquista, colonia y evangelización de una parte de América.

La conquista de América, el problema del otro. De Tzevtán Teodorov, ed. S. XXl.

Es un texto interesantísimo, de lectura comprensible para alguien que ha pasado por universidad y creo que sea relativamente fácil de encontrar. Ojalá te brinde información que incremente tu curiosidad por conocer.

corde

Al llegar los españoles al nuevo continente, encontraron una civilización perfectamente estructurada: Mesoamérica. La próxima Nueva España comprendía el centro y sur de el actual México y parte de centroamérica, además, se encontraba poblada con distintas culturas peleadas entre si y con enemigo común: los últimos pobladores del Valle de México, los Aztecas 
La agricultura, el uso del maíz, el juego de pelota, y los sacrificios humanos, eran rasgos característicos de todos los pobladores de Mesoamérica. Y todos también, se regían por un 

sistema

 teocrático y militar. Dentro del mismo culto, los dioses Tláloc, Tezcatlipoca, Huitzilopochtli, Mixcóatl etc, contemplaron sin duda, la llegada del invasor. 
Al arribo de los españoles, todos los pueblos sometidos por los Aztecas, vieron una posible liberación, por ello, muchos o no oponían resistencia, o se dejaban llevar por la indiferencia. Algunos más, como los Tlaxcaltecas se aliaron incluso a Cortés. La meta, Tenochtitlan. Sin embargo, Moctezuma, emperador Azteca, (sabía o creía saber) que una era cósmica estaba por terminar, para dar paso a otra más. Todos esperaban el regreso de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada que juró regresar. Moctezuma recibe a Cortés con presentes, y Cortes, con un puñado de hombres, la mayoría aventureros, realizó la conquista más absurda de la historia. Los signos, las profecías se habían cumplido y los dioses le dieron la espalda a sus creyentes. Ningún pueblo se habrá sentido tan desamparado como ellos. Cuauhtémoc se enfrenta al invasor, pero se enfrenta sabiendo de antemano su derrota. 
“Si México nace en el siglo 16 hay que convenir que es hijo de una doble violencia imperial y unitaria; la de los Aztecas y la de los Españoles”. 
España era por ese entonces una nación medieval, que tomó su lugar en la Europa renancentista, gracias a su “descubrimiento”. 
Posteriormente, el catolicismo se convierte en el corazón de la Nueva España y los indígenas, consientes de su orfandad, abrazan al Cristo ensangrentado, al Cristo humillado pues de alguna manera, ven un certero reflejo de su realidad. Hay que hacer notar, que la decadencia del catolicismo europeo coincide precisamente con está época. 
La Nueva España, no sobresalió por un arte, mito o pensamiento originales. No poseemos a ningún reformador o místico de importancia. Pero es quizás Juana de Asbaje o Sor Juana Ines de la Cruz, la figura más representativa de la colonia. Poeta, monja Gerónima, autora dramática y profundamente adelantada a su tiempo. Feminista antes de las feministas, lectora de Platón y Aristoteles, Sor Juana representa la más pura reflexión intelectual. Cree en Dios, pero siempre busca una explicación racional de las cosas y es precisamente, en un mundo donde sólo las afirmaciones puras y las negaciones puras pueden existir, donde queda fuera la duda y el examen. “Su doble soledad, de mujer e intelectual” la coloca como la primer mujer moderna de México.