El origen de las primeras colonias inglesas en lo que es hoy
EE. UU data de 1583, aunque para la fecha ya algunos territorios habían sido
tomados por España. En ese año (1583), la Reina Isabel I de Inglaterra le dio una
autorización al pirata Sir Walter Raleigh de fundar una colonia que sería la
colonia de Virginia (en los territorios que hoy abarcan Virginia, Carolina del
Norte y Carolina del Sur). Luego, con el arribo de nuevos colonizadores
ingleses inició un proceso de expansión en las décadas siguientes, a quienes
sus diferencias religiosas y culturales los llevó a fundar aldeas diferentes y,
de esa manera, a expandirse a lo largo del territorio, ampliando así el número
de colonias inglesas en los EE. UU
En 1630 se estableció una colonia puritana en Boston (Massachusetts) y 5
años después, ya había emigración inglesa en lo que hoy es Connecticut. A raíz
de esas mismas diferencias, Roger Williams, un puritano que abogó por la separación
del Estado (inglés) y la iglesia fue obligado a salir de Massachusetts y fundó
la colonia de Rhode Island en 1635. Ese mismo año se fundó la colonia de
Maryland y casi 50 años después la de Pensilvania.
Sin embargo, las colonias inglesas no solo fueron ocupadas
por británicos. La llegada de otros grupos europeos ayudó a su expansión. Por
ejemplo, fue gracias a los suecos que se fundó la colonia inglesa de Delaware y
gracias a los holandeses que se fundó la ciudad de Nueva Ámsterdam (que
posteriormente pasaría a ser Nueva York).
Para 1733 existía un total de trece (13) colonias inglesas,
todas en la costa Atlántica del territorio que hoy es EE. UU, y que fueron:
1.
Nuevo Hampshire
2.
Massachusetts
3.
Rhode Island
4.
Connecticut
5.
Nueva York
6.
Nueva Jersey
7.
Pensilvania
8.
Delaware
9.
Maryland
10.
Virginia
11.
Carolina del Norte
12.
Carolina del Sur
13.
Georgia