Respuesta :

Las falacias se usan frecuentemente en artículos de opinión en los medios de comunicación y en política. Cuando un político le dice a otro «No tienes la autoridad moral para decir X», puede estar queriendo decir dos cosas: 

Usar un ejemplo de la falacia del ataque personal o Argumentum ad hominem, esto es, afirmar que X es falsa atacando a la persona que la afirmó, en lugar de preocuparse de la veracidad de X. 
No ocuparse de la validez de X, sino hacer un crítica moral al interlocutor (y de hecho es posible que el político esté de acuerdo con la afirmación). En este último caso, la falacia no existe, sino sólo una opinión personal sobre la moralidad del otro. 

Otro ejemplo, muy extendido es el recurso al Argumentum ad verecundiam o falacia de la autoridad. Un ejemplo clásico es el Ipse dixit («Él mismo lo dijo») utilizado a lo largo de la edad media para referirse a Aristóteles. Un ejemplo más moderno es el uso de famosos en anuncios: un producto que deberías comprar/usar/apoyar sólo porque tu famoso favorito lo hace. 

atribuir la opinión propia a la opinión de la mayoría y deducir de ahí que si la mayoría piensa eso es que debe ser cierto. En cualquier caso muchas veces la propia premisa de que la mayoría piense eso puede ser falsa o cuanto menos dudosa ya que, en muchos casos, dicha afirmación no puede ser probada más que con algún tipo de encuesta que no se ha realizado. En caso de ser cierto tampoco se justifica el razonamiento porque la mayoría piense eso. Se basa en la falsa intuición de que el pueblo tiene autoridad, tanta gente no puede estar equivocada. Se suele oír con frases del tipo todo el mundo sabe que..., o ...que es lo que la sociedad desea', así como la mayoría de los españoles sabe que.... 

Equívoco 
La ambigüedad se da porque en la argumentación aparece un término que puede tener más de un significado.

EJEMPLO: Mi vecino mecánico va cada día al taller con su mono. Es un gran amante de los animales. 

Falacia ad hominem ("contra el hombre") 
Consiste en atacar una opinión descalificando a quien la defiende. 

EJEMPLO: No podemos fiarnos de este estudio sobre los efectos del tabaco sobre la salud humana, ya que lo ha financiado la industria tabacalera. 

Falacia ad baculum ("al bastón") 
Quien comete esta falacia apela a las amenazas o a la fuerza para convencernos. 

EJEMPLO: Debes conducir respetando las normas de circulación, porque de lo contrario te multarán. 

Falacia ad populum ("al pueblo") 
Es la que recurre al estado emocional de los oyentes. 

EJEMPLO: ¿Cómo no va a existir Dios? ¿Puede tanta gente estar equivocada? 

Falacia ad misericordiam ("a la misericordia") 
Falacia que, a falta de argumentos, recurre a la compasión. 

EJEMPLO: En un control de alcoholemia: - Agente, por favor, no me sancione. Si lo hace, me retirarán el permiso de conducir, entonces perderé mi empleo y mi familia acabará en la miseria. 

Falacia ad verecundiam ("al respeto") 
Consiste en defender alguna opinión o idea apelando al prestigio o a la autoridad de alguien, en vez de ofrecer argumentos lógicos. 

EJEMPLO: La homeopatía es una terapia eficaz ya que hay médicos que la recomiendan. 

Falacia ad ignorantiam ("a la ignorancia") 
Argumento que apela al desconocimiento para probar la existencia o inexistencia de algo. 

EJEMPLO: Existe vida extraterrestre puesto que nadie ha probado lo contrario. 

Falacia del tu quoque ("tú también") 
Falacia que se basa en lanzar contra el interlocutor la misma acusación por él empleada, en vez de replicarle con argumentos. Puede considerarse como un tipo de falacia ad hominem. 

EJEMPLO: ¿Por qué voy a dejar de fumar, doctor, si usted fuma dos paquetes diarios? 

Petición de principio 
Razonamiento falaz que presupone la conclusión que quiere demostrar. 

EJEMPLO: El paro existe porque no hay empleo para todos.